Cada vez que me
piden que recomiende algún escritor de terror, o cuando me pongo a pensar en
verdaderas historias de miedo a la mente me llega un personaje, un hombre que
ha podido dejarme sin dormir debido a sus terroríficas historias: Stephen King.
Nacido en Portland,
Maine en 1947 es muy conocido por sus novelas de terror. Entre sus más
destacadas encontramos Carrie, El Resplandor, Misery, Cementerio de Animales e IT. Como podemos notar, y si conocemos un poco de cine de terror, una gran
parte de la bibliografía de King ha sido tomada y adaptada para el cine.
Ejemplo de ello tenemos El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980), Misery (Rob
Reiner 1990) y por supuesto Eso, el payaso (IT, Tommy Lee Wallace, 1990).
En esta columna quiero
hablar sobre esta novela, la cual, a mi pensar, es la mejor que tiene Stephen
King: IT (Eso, el payaso).
Gracias al filme de
1990 ¿quién no vivió aterrorizado a que un payaso diabólico les salga de la
coladera, o a encontrarte con un lavabo repleto de sangre un día cualquiera al
lavarte las manos? ¿Una araña gigante no te da miedo? ¿Te imaginas encontrarte
cara a cara y al borde de la muerte con uno de, sino es que tu mayor miedo?
Publicada en 1986, la
novela narra la historia de un grupo de chicos que son aterrorizados por un
malvado monstruo, mismo que los niños llaman It (“Eso” en inglés), que es capaz
de tomar diferentes formas alimentándose del terror de cada una de sus víctimas
y lo que sus transformaciones provocan en ellas.
El libro, a pesar
de ser grande (casi 650 páginas) nos hace estremecernos en cada una de ellas,
provocando que cada momento nos interese saber más, haciendo volar nuestra
imaginación y provocando que Eso también se transforme en cada uno de
nuestras peores pesadillas.
King nos presenta la
historia en dos épocas: presente y pasado. La historia se lleva a cabo en la
comunidad de Derry, Maine. Este monstruo aterroriza a todos los ciudadanos,
siendo capaz de leer sus mentes y convirtiéndose en sus peores miedos, los
cuales constituyen su alimento (preferiblemente los niños y adolescentes, al
ser sus miedos muy sencillos de elaborar). Su disfraz más común es el de un
payaso: Pennywise, con el que atrae a sus víctimas aterrorizándolas hasta la
muerte y saciando su hambre.
“Ohh
sí… todos flotan, Georgie, sí, todos flotan…
Y
cuando tu estés aquí conmigo… ¡también flotarás, Georgie!”)
Creo que lo que más
me impresiono al leer éste terrorífico libro fue el manejo de los tiempos,
haciendo que las narraciones viajen de 1957 y 58 a 1985 de capítulo en
capítulo, hilando conversaciones, hechos y recuerdos de una manera
impresionante.
Quizás ver la
película y leer el libro no se alejen mucho, aunque les voy a recomendar que
cualquiera que quieran hacer primero, sea el libro. Sé que es muy difícil
adaptar un libro de tal calibre a una película que dura casi 3 horas y media,
pero les aseguro que el libro los dejará más noches sin dormir que la misma
película. En lo personal la película me decepcionó demasiado.
Dentro de la magia
del terror que Stephen King maneja en cada uno de sus libros podremos ver que
muchas partes de historias de cada uno de ellos se interconectan en otras de
sus publicaciones. Al igual que podremos ver que muchos de los pueblos,
ciudades o lugares que King describe en sus libros son ficticios y todos, o su
gran mayoría, se llevan a cabo en el estado de Maine, su lugar de nacimiento.
Este autor ha
logrado que confirme uno de mis grandes pensamientos acerca de la lectura: no
importa cuánto cine veas, que tan grande tu imaginación sea, si el autor sabe
contarte y adentrarte de lleno a una historia puedes tener el libro más grueso
entre tus manos, pero te va a durar menos que un respiro.
Me encantaría saber
si ustedes, mis queridos lectores y lectoras, ya leyeron algo de éste enorme
autor y que les pareció.
Por lo pronto los dejaré con la frase de esta semana, claramente de Stephen King.
Por lo pronto los dejaré con la frase de esta semana, claramente de Stephen King.
Cuando encuentras algo en lo que eres realmente
talentoso, haces esa cosa (lo que sea) hasta que tus dedos te sangren o tus
ojos salgan expulsados de tu cabeza.
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