El Ford se acercaba a Graciela rodando en el asfalto mojado
levantando las gotas de una lluvia pasajera, estacionó y ella subió, el destino,
la casa de Graciela, ahí en ese lugar Goyo declara con palabras cortadas por la
emoción, su sentimiento menos salvaje, el amor. El rechazo entro por los oídos
de Goyo cubriendo su cuerpo con una capa rojo-violento. Forzando el beso, la
caricia, la pasión, una dosis liquida de veneno corrió por su cuerpo después de
recibir una cachetada helada. Trozando la manija, forzando la pertenencia del
cuerpo de Graciela, el puño de Goyo atravesó el cráneo con golpes repetidos, mientras
las heridas empapaban su cabello color sangre, la divina venganza del desamor y
los puños adoloridos llevaron el Ford a casa de Goyo. Un cuerpo en descanso
sobre el catre esperando a la madrugada para ser sembrada.
Del Goyo asesino se conoce su locura, sus fórmulas y su
tristeza. El jardín de la muerte alcanzó con sus raíces las delgadas piernas de
Goyo, atrapando su pala, su capa, sus puños, su cordón.
JARDIN MORTAL
Gregorio abría los ojos a sus manos
El cordón sangriento y justiciero
Loco por producir dolor a los villanos
Mientras el cigarro se consume en el cenicero
Es el turno de las desaparecidas
De las bocas sucias
De las uñas rotas
Las gardenias sembradas
Y las pesadillas cortas.
De jabón los golpes
La sangre recorriendo tus piernas
Dentro de tus cavernas
Las mascarillas más tiernas.
Pervierto al corazón buscando magia
Maldigo los golpes y las cortas mechas
Ahí,
Sin verlo
Semillas,
Con hielo
Ahí
En el jardín de la muerte espera el miedo.
PERCASTRE
Te sigo. Gracias por escribir.
ResponderBorrarHabrá parte III?
ResponderBorrarLamentablemente no habrá parte III, la vida obscura terminó para Goyo y se volvió un residente ejemplar, perdió la violencia y la maldad perversa de sus acciones, su mente disipó las esperanzas de más sangre y se ocultó en la mundana mascarita social. Lo perdimos.
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