En 1962 “Las Poquianchis” ya contaban con un sucursal del
abuso al que llamaron nuevamente “El Guadalajara de Noche” por estos instantes
el gobierno manipulado es derrotado por las fuerzas morales y pensamientos razonablemente
invisibles y se dirigen a cerrar todos los locales que compartían el giro. “La
Barca de Oro” perdió ante la embestida de la clausura.
Eva Valenzuela, la menor, viaja hacia el norte siguiendo el
sol y el sudor llega a Tamaulipas y en la línea fronteriza llenó de diversión a
esas mentes insatisfechas en “La Piernuda”, al partir Eva recordó a sus
hermanas que no dejaran de mandar materia prima para su nuevo local. Mientras Delfina
propone comprar un centro de operaciones, un rancho llamado Loma del Ángel.
Delfina se encarga de reclutar al personal para sus locales,
un método que dejaba grandes ganancias, llegaban a rancherías o pueblos y se tendían
a la búsqueda de nueva y mejor materia, sin paciencia, sin palabras y sin afrodisiacos,
al encontrarlas hurtaban sus almas sin instructivo. Si la soledad no las acompañaba
en ningún instante, transformaban con mentiras las mentes de unos padres pobres
que veían los billetes con más amor que a sus hijas, y esa cantidad es el dulce
pago por la esclavitud que las revolcaría una vez que cruzaran la puerta.
La inducción.
A la llegada las espera una inspección
La nula perversión de un cuerpo tierno
Ayudantes prueban a la nueva generación
Mientras la inocencia se convierte en el infierno.
Una violación tras otra en un momento
Al tiempo que sus penes sucios
Les demuestran el Nuevo Testamento
No miento, mientras lloraban
Les regresaban todo el excremento
El agua helada baja lenta por sus rodillas
El sexo no siempre se disfraza de cosquillas
Un vestido y maquillaje, el títere de una asesina
Y una lágrima juega con su vagina.
El infierno en sus cuerpos permanentes, atrapadas sin
conocer la felicidad, alejadas del
camino floral de las estrellas, pieles inocentes que encontraban libertad sólo recorriendo
un borroso campo sin consuelo mientras un verdugo recogiendo sus sombras va. Muchos
personajes de terror se incluyeron al final de historia, asesinos y dementes en
el mismo cuarto justificaban sus deseos trabajando. “Las Poquianchis”, las más
duras en tortura, negando la comida y partiendo huesos con maderas sin censura,
quemando cuerpos como naves para olvidar el sufrimiento, sin vivir de luto,
latiendo lento sin sufrir en lo absoluto.
Percastre
Uf. Qué duro.
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