Chaleco Retorcido (Parte 1) - DFMente

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miƩrcoles, 30 de abril de 2014

Chaleco Retorcido (Parte 1)



CHALECO RETORCIDO (PARTE 1)

Francisco desconoce el sabor de la muerte sin alegrĆ­a, sĆ³lo sabe que la repeticiĆ³n pervierte el rechazo, alimentado por el odio a las mujeres, encuentra el valor en un susurro mortal cerrando el puƱo mientras su cuerpo se llena de Ć©xtasis, se desborda la satisfacciĆ³n de un golpe en la oscuridad al tiempo que penetra el alma femenina, salvaje nace con su presa herida, hunde su navaja hasta que la sangre cubre sus manos curando y  nutriendo su perversa utopĆ­a. Levanta, sin sutileza, la cabeza de Candelaria Mendoza. Observa a la muerte, al momento la lluvia decolora la sangre y despierta un aroma, el fruto de la complacencia. El deceso no es suficiente, descubre que la muerte sin dolor no tiene sabor.

Despertando del encuentro Francisco razona consecuente, la claridad se nubla, pierde su postura moral y en un momento de iluminaciĆ³n piensa en ocultar su obra, pero la insĆ³lita necesidad de una delicada venganza futura sĆ³lo lo confunde, ¿CĆ³mo esconder el cuerpo de una mujer sin cabeza? QuizĆ”s, piensa Francisco, arrojĆ”ndola a las orillas de la ciudad y asĆ­ deshacer su dulce travesura.

Abre los ojos, se encuentra en el espejo aterrado-enamorado de su reflejo, unos pantalones estrechos, una faja multicolor y un chaleco con agujetas. La armadura estĆ” lista, entretanto afuera los ojos de proxenetas, psicĆ³patas, sĆ”dicos y algĆŗn curioso observan a la siguiente vĆ­ctima de Francisco.

El nacimiento es inminente, el amor relativo de la muerte que lo embriaga empieza a crear intentos perfeccionistas, 11 o 12 veces, mientras Jack hace lo propio en Londres.

Caminado sin miedo a ocultar su rostro, orgulloso y seguro, lame el temor de una esquina prostituida sĆ³lo para asegurarse que el silencio sigue tatuado en las pieles de sus musas, inspiraciĆ³n retorcida. Siguiendo su sombra caminĆ³ durante ocho aƱos, las mismas calles, la misma “desconocida” travesura. Sumergido en una ola de sangre es alcanzado por el mismo rĆ©gimen que lo protegĆ­a con su censura, al tiempo que los gritos a la orilla del RĆ­o Consulado se reĆŗnen para organizar una protesta, el cabalĆ­stico 13 del segundo mes detiene a Francisco y nos muestra un defectuoso demente.
Percastre








1 comentario:

  1. A este no lo conozco, a Francisco...¿dices que se movĆ­a cerca de RĆ­o Consulado? esos son mĆ”s o menos mis rumbos, me gustarĆ­a averiguar mĆ”s al respecto.


    Saludos Enfermos.

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