Museo Universitario del Chopo, una joya de la Santa María la Ribera

Si andan por la colonia Santa María la Ribera, un must es el Museo Universitario del Chopo. Se les antojará conocerlo desde que vean su fachada, de un estilo gótico ultramoderno, y más ganas tendrán de entrar en él cuando vean la gran variedad de opciones con que cuenta para deleite de sus visitantes, tanto en el Cinematógrafo como en sus salas de exposición.

El sábado pasado estaba fumándome un cigarrito afuera del museo antes de comenzar mi recorrido a eso de la 1:20 cuando alguien amablemente me invitó a pasar a un costado del mismo para una función gratuita de cuentacuentos; y como era temprano y no tenía mucha prisa que digamos, decidí aceptar. ¡Qué acertado fue hacerlo! Resulta que tienen programadas sesiones de Regaladores de palabras todos los sábados y domingos del mes a la 1:30 de la tarde, y ese día tocaba el turno a Eva Cabo, narradora española originaria de la región de Galicia, quien nos regalo casi una hora de 

anécdotas de su infancia —con su abuelo como gran y tierno co-protagonista— aderezadas con un carisma enorme y mucha interacción con el público, en especial el infantil. Además de Eva Cabo, habrá narradores de distintas nacionalidades durante las funciones restantes, que son de entrada libre; ¡no se lo pueden perder! ¿A quién de nosotros no le gustaría conocer historias, tradiciones y leyendas de otras latitudes, volando a todos esos destinos con la imaginación? Les dejo aquí el programa completo para que le echen un vistazo y elijan.

Ya entrando, ahora sí, en materia de exposiciones, las que hay están como para apartar toda la tarde y dedicarles un vistazo a conciencia. Liminal Animal, de Mariana Magdaleno, nos da una probadita del pasado del Museo Universitario del Chopo, antes Museo de Historia Natural a través de ejemplares disecados, esqueletos, libros, análisis de especímenes con alteraciones genéticas y otras linduras que harán pegar el grito en el cielo al animalista más acérrimo, pero que resultaron benéficas, en su momento, para la ciencia. Exposición disponible durante todo el mes de mayo.

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En otros asuntos bastante menos tétricos, la relación entre el arte, el café y la manera en que este se ha filtrado en la cultura pop contemporánea queda perfectamente ilustrada en la exposición Body Blend Trade Culture, de Debora Delmar Corp. La manera en que este fabuloso grano que ha maravillado a generaciones enteras manteniéndolas despiertas tras una noche de farra o desempeñando la labor más aburrida de la agenda le ha ganado un importantísimo lugar en el santoral godinezco, al grado de que no hay oficina que no tenga plantadas alrededor, cual si se tratara de hongos que se multiplican a la menor provocación, por lo menos un par de aquellas famosas cafeterías donde una es gringa y una mexicana. Pueden disfrutar este montaje durante todo el resto del mes.

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Entre actos nos muestra el trabajo de Fabiola Torres-Alzaga como especialista en efectos cinematográficos, teatrales, ilusionistas y de prestidigitación. Para que se den una idea, jugar con espejos y objetos sirvió para que Ingrid Bergman y Cary Grant tuvieran aquella escena donde hablaban por teléfono y parecía que estaban en la misma cama, pero en realidad no. Fabiola utiliza esta misma técnica para desestabilizar la percepción de nuestros ojos y llevarnos de una realidad a medias, a una completamente conceptual. Estará disponible hasta julio.

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Luke Fischbeck y Sara Rara, quienes se hacen llamar Lucky Dragons, se mueven dentro de un ambiente artístico tan cambiante como la trama, textura y color de sus obras. La escena experimental gráfica y sonora de Los Angeles trae al Chopo a este proyecto, nombrado Variety Gate, para participar y formar parte de la Fanzinoteca. Con ejemplares gratuitos de un zine exclusivo para esta exposición, algunas colaboraciones de los mismos espectadores de su obra y un intrincado montaje bicromático, se antoja clavarse en la textura e intentar descifrar esta obra desde los cómodos sillones de la sala de lectura del museo. Esta exposición la encuentran hasta el mes de junio.

¿Qué obtienes cuando mezcas a Bukowski, Disney, punk, caos, erotismo rayano en pornografía, el KamaSutra, el pesimismo, la crudeza cotidiana de la vida real, palabras prohibidas y poesías cachondas? pues un Cementerio radioactivo donde los humanos matan y la carne habla. Este montaje, obra de José Luis Sánchez Rull, resulta lleno de color, forma e insinuaciones sexuales dignas de cualquier poeta maldito contemporáneo que entran por los ojos como si hubieras hecho un licuado de LSD con mescalina y te lo hubieras zampado de un jalón. Te conviertes en un naco-culto-naco cuando la erudición de algunas de sus letras contrasta y a la vez combina perfectamente con el argot más característico de Tepito, y te das cuenta de que le entendiste a toda esa diatriba perfectamente. Te vuelves adicto, y tienes ganas de que la sala se vuelva infinita para quedarte en ese viajezote. Por lo menos ahora sabes que puedes darte un pasón con esta grandilocuente obra hasta el mes de julio.

El dealer dejó el resto de las drogas aquí.

Cuando la juventud gritó Sexo, drogas y rock & roll durante la segunda mitad del siglo pasado, probablemente no sabía que acababa de destapar una caja de Pandora que jamás podría volver a cerrarse (o eso esperamos). El destape comenzó en los países afectados por la postguerra (casi toda la parte occidental de Europa, y los Estados Unidos de Norteamérica) y de ahí se extendió como una mancha voraz y experimental que abarcó, como era de esperarse, a nuestro país. Los chicos de aquel entonces buscaban salirse del cuadrado y rígido redil en que se les tenía, rompieron las buenas y castas costumbres, las usanzas almidonadas de la época, y se dedicaron a explorar su sexualidad, su propio cuerpo e identidad, e incluso todo tipo de drogas durante la búsqueda de la expansión de los sentidos, tan necesaria para comprender la nueva era y adaptarse. Este fue el comienzo de la era de Acuario en tierras aztecas, y pueden apreciarlo hasta el mes de junio. Mientras, antójense visitando el resto de la galería.

Así las cosas, el menú está servido; si alguien siente ganas de ir a darse una vuelta por allá para conocer una de estas exposiciones (o todas) visiten el Facebook oficial del museo, y cáiganle directamente, Lo encuentran en el número 10 de la calle Doctor Enrique González Martínez, con horario de 10:00 a 19:00 de martes a domingo. Si van a lo de los cuentacuentos la entrada es libre; ya para las galerías el costo es de 30 pesitos (o 15, si tienen credencial vigente de estudiantes o del INAPAM) y para el Cinematógrafo es de 40, o 20 si aún son escolapios que no se han unido al Universo Godínez....o ya se jubilaron de él.

Ojalá le den una oportunidad a esta joyita de museo, y nos platiquen qué les pareció. Por el momento me despido, recordándoles que podemos seguir en contacto a través de mi cuenta de Facebook, y también en El Pensador Mexicano. ¡Excelente fin de semana!

Saludos Vagabundos.