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jueves, 19 de junio de 2014

Con alma de niño


A pesar de que el mundo de la música es exorbitante, a comparación de todo lo existente, para los niños es escasa. La música infantil tiene una gran relevancia en el desarrollo de los pequeños, expanden con ilusión su mente, a través de las historias aprenden a relacionarse con el exterior y experimentar sensaciones de felicidad con tan solo escuchar canciones, que si para algunos aparentemente suenan a simplicidad; escribir, cantar y provocar ese cúmulo de sentimientos en ellos, redactar e interpretar melodías para niños requiere un gran complejo de afinidad para acomodarse con su inocencia. 

Los niños pueden aprender sonidos y ritmos simplemente si escuchan canciones infantiles, además de producir cambios a nivel fisiológico, desarrolla un fuerte vínculo afectivo, que estimula su inteligencia emocional. Asimismo, a nivel psicológico, despierta, estimula y desarrolla emociones y sentimientos.

Estamos acostumbrados a escuchar canciones infantiles solo en festejos de los peques, cumpleaños o en el día del niño por lo regular, y en esas fiestas siempre escuchamos las mismas melodías. Contextualmente para los niños y adultos, la música infantil se volvió poco versátil, por popularidad, por los medios, por poca difusión, en fin.

Canciones de Francisco Gabilondo Soler Cri Cri, Ricardo González Gutiérrez Cepillín, Xavier López Chabelo, Tatiana; y de alguno que otro personaje extranjero como Barney; son las que durante muchísimos años han permanecido como símbolos e íconos de los festejos infantiles.

Como una extraordinaria y diferente opción para deleitar a los niños y también a los adultos, por su peculiar estilo, sobretodo por las letras de sus canciones, Luis María Pescetti, musicoterapeuta, escritor y pedagogo, se ha dedicado la mayor parte de su carrera a interpretar canciones infantiles bastante fuera de lo común pero muy atractivas para el oído de los niños. Este cantautor nacido hace 56 años en Santa Fe Argentina; al paso de su trayectoria ha reinventado las historias infantiles plasmándolas en canciones que contienen una cotidianidad tan chispeante que los solo los peques, quizá como travesura y curiosidad, hacen.

La música para los niños es hermosa, no sólo por los contenidos planteados de manera clara y sencilla, también por las espléndidas reacciones que causan en los pequeños, en las que además de describir con trazos y colores los ambientes musicales las historias contadas en las melodías, envuelven a niños y adultos en una telaraña de imaginación que solo su música puede lograr. 

Luis María Pescetti halló en su noble profesión una empatía infantil inigualable.


Joel de la Cruz
ClaveDFa

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